Acéptate tal como eres
- Pilar del Rosario
- 14 oct 2016
- 2 Min. de lectura

Cada uno de nosotros somos como somos y eso es un hecho, aunque podemos cambiar y mejorar hemos de recordar que el mundo no puede ser como a mí me gustaría que fuese, no se va a comportar a mí antojo.
Podemos desear, querer y luchar por ser de una manera determinada, pero aún así, no debemos ni tiene sentido que lo exijamos ni que exijamos la perfección, hemos de ser capaces de admitir errores o excepciones. Por eso decimos NO a la rigidez, para ser felices es mucho más adecuado ser flexible. Todos intentamos esforzarnos en dar lo mejor de nosotros, en sacar todo nuestro potencial pero no hemos de caer en la exigencia de únicamente admitir la perfección. Es una losa demasiado pesada para cargar por la vida y no aporta nada positivo.
Si pensamos en ello, está muy bien hacer las cosas lo mejor posible pero la exigencia puede acarrear mucho malestar, mucha frustración y hasta hacer que a veces no intentemos las cosas por miedo al fracaso, a no hacerlo perfecto.
¿Qué hacer entonces? ¡ACEPTARNOS tal como somos!
Os pongo un ejemplo: si quiero aprender a tocar el violín, lo mejor que puedo hacer es aceptar que no sé tocar el violín. No tiene sentido que me diga frases como “Tengo que tocarlo muy bien desde el principio porque me apetece apuntarme a un recital” lo lógico sería que aprendiese, ya sea por mi cuenta de manera autodidacta o cogiese unas cuantas clases para aprender con una buena base, o sea decirme “si quiero aprender y tener la posibilidad algún día de participar en el recital lo mejor que puedo hacer es practicar y tener paciencia, aceptando que no sé hacerlo”. Y una vez he aprendido a tocarlo ¿sería lógico pensar que no debo fallar ni una nota y castigarme severamente por cualquier error? Incluso Itzhak Perlman siendo uno de los mejores violinistas del mundo falla algunas veces, como fallamos todos. Lo realmente importante es perfeccionar nuestra técnica, practicar pero no pretender no cometer ningún error y ser perfectos.
Por ello, amigos, os planteo que el verdadero desafío es asumir la responsabilidad de ser nosotros mismos y este proceso requiere de nosotros imaginación e ingenio. Durante el proceso sin duda se producirán conflictos, fricciones y pérdidas pero la lucha es imprescindible para sacar todo lo bueno que potencialmente existe en nuestro interior. Hemos de aprender de nuestros errores y seguir intentando ser la mejor versión de nosotros mismos.
Vivir el presente es un constante desafío que requiere acción y necesariamente para ello hemos de abandonar nuestra “zona de confort” y la pereza que no son los mejores aliados.
Es importante aprender a vivir el presente, saber disfrutar de todo lo bueno que cada instante nos aporta.
Nuestros mejores acompañantes en este viaje son:
la flexibilidad
la aceptación
el sentido del humor
la visión positiva
Vivir es decir SÍ a crecer y crecer implica aprender a perder pero también a disfrutar del camino. Por ello, es importante tener presente que si cambiamos, podemos equivocarnos pero si no cambiáramos nunca, todo seguirá igual y no creceremos como personas, cerrándonos a la posibilidad de descubrir ámbitos maravillosos de nosotros mismos y de todo lo que nos rodea.