RESPIRA cuando las emociones te desbordan
- Pilar del Rosario
- 20 abr 2017
- 2 Min. de lectura

Las emociones o sentimientos son parte de nuestra vida, incluso a veces parecen gobernar nuestro día a día ya que tomamos decisiones según si estamos contentos, enfadados, tristes o aburridos. Las emociones nos proporcionan la energía para realizar una actividad nueva o para resolver un problema en un momento dado. O sea, actúan como resortes que nos impulsan a actuar para conseguir nuestros deseos y satisfacer nuestras necesidades.
No son ni buenas ni malas, lo que sí, es que algunas son más agradables que otras, pero cada una de ellas tiene una función y todas son necesarias.
Las 4 emociones básicas son:
Alegría: la sentimos cuando conseguimos algún deseo o se cumplimos alguna ilusión. Es una agradable sensación de bienestar, seguridad y energía. Esta emoción nos ayuda a crear vínculos con los demás ya que es conocida como “la emoción de la apertura”. Es una de las emociones básicas expansivas.
Tristeza: aparece cuando perdemos algo importante o nos sentimos decepcionados. Es una sensación que nos embarga, nos apaga y nos hace a mirar hacia nuestro interior, es la emoción más reflexiva de todas y nos impulsa a pedir ayudar.
Ira: aparece cuando las cosas no salen como quisiéramos o nos sentimos amenazados por algo o por alguien. Es otra de las emociones expansivas (junto con la alegría) y si se canaliza adecuadamente puede ayudarnos en ocasiones a cumplir la realización de aquello que queremos ya que implica una sobrecarga de energía, aunque también puede inducirnos a la destrucción, por eso es importante conocerla y aprender a controlarla.
Miedo: es la emoción que sentimos ante un peligro (real o imaginario) y cumple un papel fundamental ante la supervivencia. Nos permite evitar un peligro y actuar con precaución pero podríamos catalogarla como una emoción desagradable, la cual puede llevarnos a sentir indefensión y por ello retirarnos.
Evitar y reprimir tus emocines puede tener consecuencias negativas tanto físicas como psicológicas, por eso es importante aprender a expresar tus emociones de forma correcta y proporcionada. Toda emoción, por muy intensa que sea, si la dejas salir al final se va. Las emociones son como olas que vienen y se van pero es importante no dejarse arrastrar por ellas.
Una herramienta sumamente útil en momentos en que las emociones nos desbordan es la RESPIRACIÓN. La respiración nos ayuda a regularnos pero para ello hemos de aprender a hacerlo de manera adecuada y sobretodo, como todo, hay que practicarlo varias veces al día haciendo entre unas 10-15 respiraciones cada vez. ¿Cómo conseguir respirar sin hiperventilar lo que nos hará sentirnos mareados y faltos de aire? Aquí te lo explico brevemente:
Respira con normalidad por la nariz (preferiblemente)
Deja salir el aire lentamente por la nariz con la boca cerrada
Mientras vas dejando salir el aire, repítete lentamente y mentalmente alguna palabra que encuentres relajante (calma, relax, paz, etc.)
Cuenta lentamente hasta cuatro y luego vuelve a inhalar aire
¿Suena demasiado fácil? Te invito a probarlo y juzga por ti mismo, a veces las cosas tan sencillas pueden ser super eficaces. La clave está en aprenderlo y practicarlo. ¡Ánimo!